Es fácil dejarse llevar por cifras de cantidad de propiedades vendidas, valor total de operaciones y récords personales. Yo elijo no hacer alarde de ello, no porque no esté orgulloso de mi trabajo, sino porque creo que los números no cuentan toda la historia.
Cada venta representa más que una transacción: es el cierre de un capítulo para una familia, el inicio de un sueño para otra, o la solución a un problema. Lo que realmente importa para mí son las relaciones que construyo y el impacto positivo que dejo en cada cliente.
Hacer alarde de cifras puede crear una barrera. Una compraventa es una cuestión privada entre personas, que considero no debe ser publicitado. Busco ser percibido como un aliado, alguien en quien confiar para una decisión tan importante como la compraventa de una propiedad. Me enfoco en mostrar mi trabajo a través de hechos concretos: el compromiso con mis clientes, mi conocimiento del mercado y la dedicación en cada compraventa.
